Hace poco se conocieron los resultados de un control de calidad realizado a varias obras de pavimentación, en las que sólo dos calles obtuvieron un resultado positivo, mientras las restantes presentaban anomalías.
Resulta que no cumplían los requisitos de espesor ni densidad del aglomerado, lo que suponía para la empresa adjudicataria un ahorro de 100.000 euros, por lo que ya se ha puesto a disposición de los servicios jurídicos.
Además de estas deficiencias, la mayoría de las calles necesitan ser arregladas pero según parece no se dispone del dinero necesario, por lo que he buscado algunas alternativas.
La primera es el hormigón, que se puede encontrar en muchas zonas residenciales; presenta un coste más bajo y menor manutención, además de presentar cierto atractivo estético.
Los pavimentos de adoquines de concreto (en la imagen) se puede usar para cualquier tipo de situación, desde zonas peatonales hasta la pavimentación de avenidas con tráfico pesado. Además, gracias a su sencillez se puede construir un vía que funcione en el mismo día con una vida útil de 40 años
El plastisoil es un nuevo material hecho de plástico reciclado desarrollado en EEUU, para su elaboración se pulverizan botellas de plástico de tereftalato de polietileno (PET), se mezcla con tierra, y luego se calienta. Según su desarrollador, Naji Khoury, es más barato que el asfalto y requiere de menos energía para su producción, por cierto, para fabricar una tonelada se necesitan 30.000 botellas.
Ya que parece que hay alternativas, ¿a qué esperamos para usar la cabeza?
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